1. DEFINICIÓN.
La economía de fichas (EF), es una técnica operante que se basa en el
control de la conducta a través de la entrega de reforzadores artificiales
generales que se pueden cambiar por otros reforzadores concretos y
significativos para el sujeto.
Es decir durante esta técnica se realiza la entregar
de fichas (puntos, vales, marcas, estrellas, etc.) en función de la realización
o no de determinadas conductas, de modo que tales fichas puedan ser cambiadas
por una variedad de bienes, actividades y privilegios (reforzadores de apoyo). Debemos destacar que muchas economías de
fichas incluyen penalizaciones, como,
por ejemplo, el costo de respuesta (retirada de fichas contingentemente a la
conducta indeseable) y la evitación (retirada de fichas
contingentemente a la no emisión de la conducta deseada).
Esta técnica conocida dentro del condicionamiento
Operante, fue creada por Ayllon y Azrin
en 1.968, y no por Skinner (que continúo con su posterior estudio). La técnica
de EF, nació por la necesidad de encontrar una nueva vía para motivar a los
pacientes mentales institucionalizados crónicamente, y de esa forma conseguir
que actuaran de modo más competente, lo que les llevo a su creación y
sistematización.
Normalmente las EF ayudará a eliminación de las
conductas inadaptativas o no deseables, en los ambientes. De esta manera, el reforzador generalizado
ayuda a reorganizar las contingencias ambientales. En relación a ello, debemos
considerar a los psicólogos
Barkley y Benton (1998, 2000), con un programa de
economía de fichas para niños desafiantes y rebeldes, de 4 a 7 años y un
sistema de puntos para niños desafiantes de 8 a 12 años.
Las EF pueden ser utilizadas para el control de
prácticamente todas las conductas, y en todos los ámbitos sociales y
personales, si bien los ámbitos de aplicación más comunes han sido
instituciones, como colegios, centro de reinserción social, cárceles,
hospitales,… Incluso en ámbitos no físicos, sino visuales, conectados a través
de Internet (Pear y Crone-Todd,1999; Pear y Martín, 2004)
La utilización de esta técnica se suele emplear para
controlar la conducta de una persona o a varias (grupos), considerando este sistema como un herramienta que
favorece el control más complejo del medio y la atención a varias conductas o
una conducta emitida por varias personas (Labrador, Larroy y Cruzado, 1993;
Ghezzi, Ginger, Tarbox y MacAleese, 2003)
Bados y García-Graus (2011) destacan una serie de
ventajas y limitaciones dentro de le economía de fichas:
Ventajas:
1. Los
refuerzos pueden y deben administrarse inmediatamente.
2. No
suelen interferir con la emisión de la conducta meta.
3. Pueden
cambiarse por distintos refuerzos (comida, salidas, juguetes…)
Limitaciones:
1.
El procedimiento puede llegar a ser complejo.
2.
Las fichas tangibles pueden robarse, falsificarse o
prestarse. Requiere control y supervisión de las fichas obtenidas por el sujeto.
3.
Los compañeros de grupo de una persona pueden
negarse a trabajar si no son incluidos en el programa. Hay varias posibles soluciones
para esto último:
+ Explicar que la persona tiene un problema
particular, por lo que se solicita la cooperación de todos en el programa,
incluso reforzándoles también.
+ Hacer que el niño reciba las fichas delante del
grupo, pero los reforzadores de forma privada.
+ Hacer que la persona obtenga reforzadores para
todo el grupo.
2. ELEMENTOS BÁSICOS.
A la hora desarrollar un programa de Economía
de Fichas (EF), debemos tener presente los siguientes elementos:
a)
Fichas: Se denomina Ficha a un reforzador generalizado, de tipo material.
Para realizar su utilización es recomendable que sean atractivas, ligeras,
fácilmente manipulables,… de forma que las personas puedan estar en contacto
con ellas en todo momento. Las fichas más frecuentes utilizadas, han sido:
fichas de plástico, estrellitas de papel, puntos en el cuaderno, cartulinas de
colores, billetes. Lo más importante es que los reforzadores puedan canjearse,
por los reforzadores de apoyo. Además es de suma importancia que estas fichas
sean controladas y entregadas sólo por las personas encargadas del
programa.
b)
Reforzadores de apoyo: Hace referencia a los reforzadores por lo que se pueden cambiar las
fichas. Todo reforzador podría servir como reforzador de apoyo, aconsejando que
todo ellos sean numerosos y diferentes. Ya que, cada persona puede escoger,
entre todos los existentes.
Teniendo en cuenta todo lo descrito anteriormente, imaginémonos que
tenemos planeado realizar un test unos alumnos/as, donde se les expondrá una
lista de reforzadores que pensamos que son de su interés. En dicho test,
tendrán que enumerar los reforzadores de mayor interés (10) a menor interés
(1).
Tabla 1. Presenta ejemplo de
reforzadores de apoyo.
CURSO:
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1
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2
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3
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4
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5
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6
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7
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8
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9
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10
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Usar aula de audiovisulaes durante el recreo
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Búsquedas en internet durante el recreo
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Más tiempo en el préstamo de libros en la biblioteca
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Otros,…
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Fuente: Elaboración propia.
c)
Conductas: A la hora de la aplicación del programa se debe explicar con claridad
las conductas de forma específica, señalando las que son deseables de las que
no lo son.
d)
Reglas que especifique: Estas reglas ayudarán un poco más a aclarar algunas dudas tanto al
aplicador de la técnica operante como a la persona que lo va a recibir. Especificando
que: Cuáles serán las conductas que ganen fichas y la cantidad, Qué conductas
pierden fichas y cuántas y por último, por qué reforzadores se pueden cambiar
las fichas y cuántas.
Tabla
2. Ejemplo
de las ganancias de puntos.
GANANCIA DE FICHAS (PUNTOS)
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Tarea realizada correctamente.
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2 Puntos
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Tarea realizada incorrectamente.
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1 Punto
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Tarea no realizada.
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-1 Punto
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Tarea voluntaria realizada.
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2 Puntos
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Fuente: Elaboración propia.
3. PASOS A SEGUIR EN LA APLICACIÓN DE LA ECONOMÍA DE
FICHAS.
El programa de EF se compone de tres fases:
1. Fase
de muestreo de la ficha:
Esta primera fase inicia mostrando
a los participantes la importancia de las fichas y el valor que conllevan. Se
pueden dar instrucciones verbales sobre lo que representa la ficha generalizada
elegida, cuál es su valor, cómo se puede conseguir y por qué refuerzos
específicos podrá cambiarse después.
En ocasiones,
especialmente en educación especial o con niños muy pequeños, puede ser
necesario dar a los participantes alguna ficha para que las manipulen e incluso
puedan cambiarlas por algún refuerzo a pesar de no haber dado la respuesta
meta. En algunos casos, se pude determinar un periodo de tiempo, uno o dos
días, donde se entregarán las fichas de forma gratuita y se cambiaran por
reforzadores de apoyo. Durante esta fase será muy útil que se registre las
conductas observadas.[1]
Es importante que se
comprenda su funcionalidad y valor antes de comenzar el proceso para despertar
el interés y la motivación.
2. Fase
de establecimiento del programa
Una vez que se conoce la
significación de las fichas es necesario establecer cuándo se van a entregar
dichas fichas, es decir, establecer los criterios y las conductas deseables por
las que será reforzado el sujeto.
Es fundamental que las
conductas estén muy bien especificadas y definidas, para facilitar la
comprensión de las mismas tanto al sujeto que recibe como al que entrega la
ficha, que no quepa error o interpretación errónea. Se puede colgar un cartel con las conductas y
con el precio de los refuerzos específicos a conseguir. Por ejemplo: un
caramelo 3 fichas, un juguete 6 fichas, etc.
También se puede
establecer un criterio de ejecución que indique cómo se va a evaluar si se ha
realizado la conducta en cuestión.
Para ello debemos conocer
previamente qué reforzadores pueden ser llamativos para el sujeto, ya que éstos
pueden varía en función de cada persona.
Una vez se tienen los
elementos, se establecen los parámetros de entrega, es decir, la frecuencia y
los momentos de entrega, el lugar y quién lo hará (puede ser un padre, un
profesor…). Para ello debemos haber diseñado un sistema de registro eficaz para
conocer la tasa de respuestas de conducta deseada, las fichas ganadas y
canjeadas y en qué reforzadores. De esta manera se podrá llevar el control del
programa.
Según mejora la conducta
es importante ir distanciando la entrega de fichas para lograr que la conducta
se mantenga.
Por último, debemos
recordar que es muy importante la elaboración y aplicación de una hoja
de registro, ya que nos ayudará a realizar todo el registro de la
conducta a lo largo de la aplicación de todo el programa de economía de fichas.
Tabla
3.
Presenta ejemplo de hoja de registro.
NOMBRE Y APELLIDOS:
CURSO:
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FECHA DE
ENTREGA
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FECHA DE
VENCIMIENTO
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PUNTUACIÓN
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TAREA 1
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TAREA 2
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TAREA 3
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TAREA 4
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TAREA 5
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TAREA 6
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OBSERVACIONES:
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Fuente: Elaboración propia.
3. Fase de finalización del control de la conducta:
Una vez que se ha logrado
instaurar las conductas deseadas, se debe proceder a retirar el programa. No
podemos olvidar que la economía de fichas es un sistema artificial para
controlar conductas y no debe dársele más importancia que a la motivación intrínseca
por aprender o mejorar.
Es muy arriesgado detener
el proceso de forma repentina, ya que se produciría la extinción de las
conductas adquiridas mediante la intervención. Los refuerzos mediante fichas se
deben ir sustituyendo por otros que se encuentren de forma natural en el
ambiente. Lo reforzadores sociales, como las alabanzas o los abrazos, pueden
ser de gran utilidad.
Diferentes técnicas pueden
ayudar a esta transición, como aumentar el tiempo entre la conducta y la
entrega de fichas, o el tiempo para el intercambio de las fichas por
reforzadores de apoyo, o el nivel de exigencias de las fichas,…. Aunque es muy
importante seguir insistiendo en el valor de las mismas, en cómo las conductas
adecuadas obtienen reforzamiento, sea a corto o a largo plazo. (Sullivian y
O`Leary, 1990; Woods, Higsin y Tanahill, 1984)
Este feedback social cada
vez va a tener un efecto reforzante
mayor. Se puede aplicar un programa de entrenamiento en habilidades sociales o
solución de problemas, combinarse con otros programas.
4. CONSIDERACIONES ACERCA DE LAS FICHAS.
Debido a la importancia que tienen las fichas en este programa, según
Bados y García-Grau (2011) debemos atender a:
a.
Ajustes en la economía:
·
Cambios en los pagos: Al inicio del programa los pagos suelen ser
frecuentes, pero deben ser pequeños. Luego se va exigiendo más y los pagos se
hacen más infrecuentes pero mayores. Si una conducta es poco frecuente, puede
aumentarse el pago que recibe. En la fase final los pagos deben ser menores y
cada vez más intermitentes, asegurándose de que haya reforzadores en el medio
natural de la persona que mantengan la conducta.
·
Cambios en el precio y tipo de los
reforzadores: Pueden aumentarse los precios de los reforzadores muy deseados Si
un reforzador no se solicita, puede ser eliminado de la lista o reducir su
precio. Pueden introducirse nuevos reforzadores para evitar saciedad y aumentar
el interés.
·
Cambios en la magnitud
de las multas: Pueden aumentarse las multas correspondientes ante conductas
inadecuadas que no dejan de aparecer.
·
Cambios en el caso de
que la acumulación de fichas lleve a “dejar de trabajar”: El ahorro de fichas
no es en sí algo indeseable, a no ser que implique dejar de realizar las
conductas adecuadas. Para ellos se puede elevar los precios de los
reforzadores; buscar nuevos reforzadores en los que se quieran gastar las
fichas; fijar un tiempo límite para gastar todas o parte de las fichas, bajo
riesgo de ser confiscadas; realizar un pago a plazos para obtener un reforzador de alto precio. Esto último puede hacerse
marcando o no un tope temporal para terminar el pago.
Las contingencias uniformes son
más fáciles de administrar, pero pueden no ser adecuadas para todos los
miembros del grupo, por lo que pueden ser necesarias ciertas individualizaciones.
b.
Selección, uso y cambio de fichas:
·
Una buena ficha debe tener
las siguientes propiedades: Poder entender
su valor fácilmente; ser fácil de entregar; ser fácil de llevar; poder ser
identificada como propiedad de quien la recibe; requerir una mínima
contabilidad por parte de quien las entrega; ser lo menos distractora posible.
Con personas que entiendan su significado, es mejor utilizar puntos
que fichas tangibles a no ser que estas últimas sean más motivantes para ellos. Pueden seleccionarse fichas de plástico, puntos, vales, estrellas…
·
El elogio y la
explicación concreta de lo que se ha hecho bien deben preceder a la entrega de
las fichas para que al final estos reforzadores sociales y otros posibles
reforzadores naturales puedan mantener las conductas objetivo y pueda retirarse
el sistema de fichas.
·
Los periodos de
intercambio de fichas por reforzadores, pueden resultar distractores. Es
conveniente explicar que el tiempo de intercambios ha acabado y elogiar a los
niños que vuelven rápido a la actividad normal.
·
En caso de querer
cambiar las fichas por una salida, se puede dar un vale para realizarlo
posteriormente. El vale proporciona a la persona algo tangible que enseñar o
poseer, aunque no haya elegido un reforzador material.
5. EJEMPLOS DE TABLAS DE ECONOMÍA DE FICHAS.
Figura 1. Plantilla de economía de
fichas.
Figura 2. Ejemplo de tabla para recompensas
a canjear.
Figura 3. Plantilla de economía de
fichas, para adultos.
Figura 4. Ejemplo de Sistema de Puntos
en EF, para niños/as.
[1] Labrador, F.J. (Coord) (2008).